La formación y motivación de equipos es un factor clave en los mercados actuales. No importa a qué se dedique tu empresa, los clientes han dejado de ser entes pasivos, dispuestos a “pasarlo todo” y se han vuelto mucho más exigentes y activos, sobre todo en las redes sociales. Una mala experiencia, inocentemente difundida, puede arruinar tu reputación online casi definitivamente.
Por eso, la principal diferencia radica actualmente en las personas: en las que forman nuestros equipos y en las que reciben nuestros productos o servicios. Así, ha llegado el momento de cambiar el foco, pasando de un liderazgo orientado a la acción a un liderazgo hacia personas.
Técnicas de liderazgo esenciales
No basta con seleccionar bien a los miembros de un equipo corporativo: es esencial formarlos y motivarlos adecuadamente. Esta es la labor de un buen líder, que debe ser capaz incrementar la cohesión y la eficacia productiva del grupo. Pero ¿cómo podemos conseguirlo?
Fomenta la autonomía y la autorrealización
Acostúmbrate a delegar tareas completas, que deben llevarse a cabo con total autonomía. A mayor margen de acción, mayor implicación y mejores resultados.
Potencia el reconocimiento
Tienes que agradecer los resultados obtenidos, el esfuerzo y la implicación, pero sin caer en el elogio fácil o gratuito. Es, básicamente, dar a cada uno lo suyo, si es necesario en forma de premios y bonificaciones.
Facilita las relaciones
Es fundamental que los miembros de un equipo se interrelacionen al máximo… y, a ser posible, no solo en el trabajo. La creación de vínculos emocionales e intelectuales favorece una mejora del rendimiento.
Marca metas claras
Todo líder debe ser capaz de plantear objetivos específicos concretos y nítidamente definidos. Cada miembro del equipo debe saber en todo momento qué se espera de él, para obrar en consecuencia.
El líder es fundamental, por tanto, para impulsar la formación y la motivación de equipos… pero ha de saber cómo.